Automotrices en México aplazan inversiones por tensiones comerciales con EU y revisión del T-MEC


Derivado de las tensiones comerciales con la administración del presidente estadounidense Donald Trump, durante el primer semestre de 2025 la industria automotriz en México tomó una pausa estratégica, impulsada además por la falta de claridad en torno a las reglas que regirán la próxima revisión del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), explicó el analista Ángel Mieres Zimmermann.

En esta postura también coincidió Rogelio Garza, presidente de la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA), quien afirmó que el sector se encuentra en una etapa de “espera y observación”, a la expectativa del rumbo que tomarán las negociaciones con el gobierno estadounidense. 

Garza destacó que las órdenes ejecutivas emitidas por el presidente Donald Trump durante los meses de marzo y abril han generado un clima de incertidumbre que ha influido en el comportamiento del sector. Aunque no se han tomado decisiones drásticas como el cierre de líneas de producción o el traslado de operaciones, las empresas mantienen una estrategia prudente hasta que se definan las nuevas condiciones comerciales.

Un ejemplo de los efectos de este entorno fue la decisión del fabricante chino BYD, líder global en vehículos eléctricos, que suspendió sus planes de construir una planta en México debido precisamente a la incertidumbre geopolítica y comercial. 

La vicepresidenta ejecutiva de la compañía, Stella Li, confirmó que si bien BYD sigue interesada en expandirse en América, no cuenta actualmente con un calendario para retomar inversiones en territorio mexicano. Previamente, la empresa había evaluado al menos tres ubicaciones en México, pero detuvo su búsqueda en espera del desenlace electoral en Estados Unidos y de una mayor claridad sobre el futuro del T-MEC.

La presidenta Claudia Sheinbaum señaló en marzo que BYD no había presentado una oferta formal, y reportes internacionales apuntan a que el Ministerio de Comercio de China también habría frenado la aprobación del proyecto, temiendo que EE.UU. pudiera acceder a tecnología estratégica de la marca. A esta serie de factores se suman los nuevos aranceles anunciados por Trump, que incluyen impuestos generalizados a decenas de países, así como cargas específicas sobre automóviles importados, afectando directamente a las cadenas de suministro del sector.

De acuerdo con datos de la AMIA, las exportaciones automotrices mostraron una caída aproximada del 6% en lo que va del año, mientras que la producción de vehículos presentó una ligera baja del 0.9%. Este desempeño mixto refleja la incertidumbre que prevalece entre los fabricantes, que prefieren mantener sus decisiones estratégicas en pausa hasta conocer los términos del nuevo acuerdo comercial.

A pesar de ello, Garza descartó que las empresas estén evaluando, por ahora, una reducción de operaciones o un traslado de manufactura hacia Estados Unidos. Sin embargo, reconoció que tales medidas podrían considerarse si el resultado de la revisión del T-MEC no favorece la competitividad de México como plataforma de exportación. Un ejemplo contrario ha sido General Motors, que anunció recientemente una inversión de 4,000 millones de dólares para trasladar parte de su producción de SUV y camionetas desde México hacia plantas en EE.UU.

En este contexto, Ángel Mieres Zimmermann, analista y experto en industria automotriz, explicó que el periodo actual es clave para el futuro del sector en la región. “La incertidumbre regulatoria no solo limita la planeación, también impacta la toma de decisiones de inversión. La industria necesita condiciones claras para seguir atrayendo capital y mantener su liderazgo en Norteamérica”, señaló Mieres Zimmermann.

Tanto la AMIA como los analistas del sector coinciden en que la revisión del T-MEC podría comenzar en el segundo semestre de 2025 y extenderse hasta principios de 2026. La expectativa es lograr un acuerdo que fortalezca la posición de México dentro de la cadena automotriz de América del Norte, sin comprometer su papel como exportador clave.

Mientras tanto, el sector se mantiene alerta, en espera de señales que permitan reactivar la toma de decisiones y recuperar el dinamismo perdido durante estos primeros meses del año.

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